Experiencia

Como la idea de este blog es la de dar a conocer información sobre la Litiasis Renal, además de hablar de sobre su causa, prevención y tratamiento de manera concreta, vamos a describir lo que te pasará si tienes un cálculo, basado en una experiencia personal.

¿Qué sentirás?
En primer lugar sentirás un dolor en el lado derecho o izquierdo, sensación de inquietud, un dolor muy fuerte que te obligará a ponerte en posición fetal para calmarlo de alguna manera, aunque no cesará si no es con fármacos.
A continuación tendrás náuseas y es posible que vomites. Te cambiará el color de la cara, te quedarás pálido y puede que comiences a tener sudor frío y mareos.


¿Qué puedes hacer?
Si tienes esos síntomas, lo mejor que podrás hacer es irte al hospital lo más pronto posible, pues sólo podrás aliviar esos síntomas con medicación intravenosa. Lo más frecuente es que comiencen poniéndote Nolotil, Enantyum y si el dolor persiste, te pondrán Adolonta (Tramadol). Además si tienes vómitos te pondrán Primperán (Metoclopramida), Kytril (Granisetron) o Zofran (Ondasetron). Acabarás conociendo todos estos nombres.

¿Qué pruebas te harán?
Seguidamente te harán pruebas de imagen para ver si hay piedra o arenilla, y en caso de que la haya, dónde está, su tamaño y su forma. Si no consiguen verlo en la radiografía, te harán una ecografía.

¿Qué te dirá el médico?
El médico pretenderá que expulses la piedra por ti mismo. Te dirá que bebas mucha agua y te dará una pastilla para que se dilaten las vías urinarias, y así puedas expulsar la piedra más fácilmente, seguramente Tamsulosina. Si tras la administración de los fármacos el dolor no cesa, lo más seguro es que te quedes ingresado. Con esos dolores no tendrás ganas ni de comer. Es gracioso que cada médico que te ve te recuerda que es un dolor similar al del parto sin anestesia.




¿Y ahora qué?
Te dejarán ingresado en el hospital, bebiendo mucha agua y con goteros continuos de medicación para el dolor, porque recuerda que la piedra sigue ahí. Si te duele, no dudes en llamar al timbre de la enfermera y pedirle medicación. Tras unos días ingresado, la uróloga te propondrá colocarte un tubito que va desde el riñón hasta la vejiga, llamado Cateter doble J. Según el médico, esto te quitará el dolor, pero tiene sus consecuencias.

¿Qué es eso del Cateter doble J?
Te llevarán a quirófano, te sedarán y no te enterarás de nada, tranquilo. Cuando te despiertes ya tendrás en catéter dentro de ti. Pero eso no es todo, te pondrán una sonda muy molesta y verás cómo sale orina
completamente roja, con sangre. Al día siguiente el enfermero te quitará la sonda diciéndote “respira hondo y cuenta, uno, dos” y antes de que diga “tres”…ZAS!, te saca la sonda sintiendo un escozor y un ardor increíble.
Lo peor del catéter es que cada vez que vayas a orinar, sentirás unos pinchazos terribles en el riñón, y como tienes que beber una cantidad ingente de agua, sentirás esa sensación muchas veces al día. Además tendrás todos los síntomas típicos de la infección de orina, pues el catéter está irritando la vejiga. Estos síntomas van desde tener muchas ganas de orinar constantemente, micciones de muy poco volumen y sensación incómoda en la uretra. 
No obstante, es una buena opción ya que te permite hacer una vida más o menos normal.



¿Cuál es la solución?
La solución es simple. Hay que eliminar la piedra de las vías urinarias de algún modo, y lo más rápido para ello es la Litotricia extracorpórea por ondas de choque que explicamos en este blog. Entras, te tumbas en una camilla y el médico ve dónde está la piedra y con una máquina, lanza ondas de choque y la fragmenta en trozos muy pequeños, que se eliminan fácilmente. 
Sin embargo, estarás un mes como mínimo con la piedra en tu interior, pues los médicos no están dispuestos a aplicar este método, ellos querrán que la expulses por ti mismo. Se nota que la piedra la tienes tú y no ellos…


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